Arturo Cubillas es extraditable

Arturo Cubillas Fontán no debe estar muy tranquilo por estos días. La excesiva presión mediática lo acosa. Llegó a Venezuela como refugiado político en 1989 junto a otros 30 activistas vascos; hubo negociaciones entre los entonces gobiernos de Carlos Andrés Pérez, por el lado venezolano, y de Felipe González, por el español, para que fueran recibidos en el país. Todo bien hasta ese entonces.

Al haberse asentado en Venezuela en los años noventa, el ex etarra, a quien la justicia española le sigue acusando de mantener vínculos con este grupo terrorista, contrajo nupcias con una ciudadana venezolana, por lo que automáticamente, como estipulaba la Ley en ese entonces, obtuvo la ciudadanía por naturalización.

“Los extranjeros o extranjeras que contraigan matrimonio con venezolano o venezolana desde que declaren su voluntad de serlo, transcurridos por lo menos cinco (5) años a partir de la fecha del matrimonio” obtendrán la nacionalidad, rezaba la Ley de Extranjería de ese entonces, en su capítulo “de la nacionalidad venezolana por naturalización”.

En tal sentido, Cubillas no podría ser extraditado a España ni a ningún otro país para ser enjuiciado por los delitos que se le vinculan ya que es venezolano y la Constitución de 1999 lo prohíbe en el artículo 69. Sin embargo, no todo está hoy a su favor, pues la misma Ley que le dio la ciudadanía, y que fue modificada en 2004, es explícita al contemplar las razones por las cuales le podría ser retirada la nacionalidad.

En la Ley de Nacionalidad y Ciudadanía del año 2004, se contempla en el artículo 44 que entre los causales de revocación de la ciudadanía estaría, previa sentencia judicial, el conspirar contra los intereses y el orden del Estado, y más complejo en el caso Cubillas: cuando la persona “haya obtenido la nacionalidad venezolana con el fin de sustraerse, a los efectos del ordenamiento jurídico nacional o extranjero”.

La justicia española lo acusa de ser el intermediario en la alianza entre ETA y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y por los actos cometidos en España vinculada al terrorismo, no pagó pena.

Del mismo modo, dicho artículo contempla que son causales de pérdida de la nacionalidad el haberla tramitado de forma fraudulenta por lo que ahora las autoridades venezolanas deberán revisar minuciosamente la tramitación realizada por Cubillas; sin embargo, la última palabra la tendría el Tribunal Supremo de Justicia.

La justicia española ya ha tomado en cuenta estos elementos contemplados en las leyes venezolanas, y por eso en un auto difundido el miércoles 20 de octubre de este año, el juez Eloy Velasco sugirió “al gobierno que solicite a Venezuela la retirada de la nacionalidad venezolana a Cubillas antes de enviar la solicitud formal de extradición”.

El juez de la Audiencia Nacional, principal instancia judicial española, alega que "la propia Constitución venezolana y el tratado de extradición (entre España y Venezuela) contemplan esa posibilidad ante un posible fraude de ley", según el auto.

Pero el pasado jueves, la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, afirmó que se investiga la presunta vinculación del etarra deportado con ETA y las FARC, pero reiteró que no se le puede extraditar porque la Constitución venezolana "prohíbe la extradición de un venezolano o venezolana bajo ninguna circunstancia".

El caso seguirá tomando fuerza, sobre todo con la llegada de Alfredo Pérez Rubalcaba a la vicepresidencia del gobierno de España. El también ministro del Interior ha sido un férreo campeador contra las actividades terroristas de ETA, y el hecho de que haya designado al comisario Félix Díaz Fuentes, un experto antiterrorista como “consejero” en la embajada de España en Caracas demuestra la preocupación de Madrid por lo que ocurre con el caso Cubillas.

Por el momento, Cubillas mantiene en pie su inocencia."Nunca he dado cursos de manejo de explosivos", manifestó Cubillas al diario Ciudad CCS aunque no aclara si conoce a los dos supuestos etarras que, según un auto judicial, ha entrenado.

Foto/Efe. Rubalcaba toma juramento frente a los reyes de España