Los reyes de Holanda en Caracas
A Los reyes de Holanda, Guillermo-Alejandro (d), y su esposa Máxima (i) |
La visita de los reyes de los Países Bajos, Guillermo Alejandro y Máxima a Venezuela, más
que una cuestión de cortesía de los recién entronizados, debe ser vista como un
asunto de interés estratégico, comercial, político, sobre todo en momentos en
que la furia expropiadora del Gobierno del presidente Nicolás Maduro está
desatada.
La corona holandesa tiene en su país un papel muy limitado por su
Constitución, es una figura meramente protocolar que, sin embargo, no implica
que dejen de tener peso a la hora de buscar favorecer los negocios de la
nación.
Lo intereses de Holanda en el mundo son poderosos, y sobresalen en
muchos campos, sobre todo el petrolero. La Shell , una de las mayores petroleras del planeta,
tiene presencia en los cinco continentes, y en Venezuela se acopló al modelo
que desarrolló el Gobierno del presidente Hugo Chávez para mantener su
presencia en el país.
Desde varios sectores de la oposición venezolano la legación
diplomática ha recibido cartas de rechazo y crítica porque los monarcas
estarían llegando a un país donde cada vez la libertad de expresión pierde
terreno y el gobernante se hace ver como Líder Supremo de talante autocrático.
Sería interesante conocer si Maduro le planteará a los monarcas el fin del colonialismo en América o lo absurdo de que aún existan países con príncipes y princesas mientras que aquí en el Caribe tienen que comer tierra para ganarse el poder los políticos. A fin de cuentas, ese ha sido el discurso del chavismo para reivindicar su papel salvador por el mundo.
Holanda es un gran exportador. Algunas grandes empresas
holandesas son: Shell, Unilever, Philips, TNT, Akzo Nobel, Aegon, ING Group,
Rabobank, Heineken, y Randstad, las primeras cuatro con importante presencia en
Venezuela.
Por más que Maduro les insista a los reyes que
desde Curaçao se planean conspiraciones
contra la revolución bolivariana, o que en la isla se reúnen opositores para
“apagar la grandeza de Bolívar”, poco podrá hacer William-Alexander al respecto, porque de eso se ocupa el Gobierno
del Primer Ministro.
Temas vinculados al narcotráfico, y asistencia y cooperación sobre este tema, intercambio de información sobre proyectos turísticos, son alguno de los temas que podrán salir de la agenda. Para Venezuela el turismo europeo que aterriza en las islas holandesas en el Caribe es bastante atractivo, porque si el Gobierno logra conectar rutas turísticas hacia el país la entrada de divisas y generación de empleo sería bastante gratificante para una economía seca de dólares.
Temas vinculados al narcotráfico, y asistencia y cooperación sobre este tema, intercambio de información sobre proyectos turísticos, son alguno de los temas que podrán salir de la agenda. Para Venezuela el turismo europeo que aterriza en las islas holandesas en el Caribe es bastante atractivo, porque si el Gobierno logra conectar rutas turísticas hacia el país la entrada de divisas y generación de empleo sería bastante gratificante para una economía seca de dólares.
De lo que sí puede hacer alarde el monarca, de la manera más sutil
y diplomática a la que está acostumbrado y formado, es a “insistir” en el
interés de su país y sus empresarios en mantener presencia en Venezuela bajo el
más estricto respeto a las leyes nacionales e internacionales, la “voluntad de
seguir cooperando con el progreso del país” y que, si por favor, “puede pagarse
lo tanto que se debe a sus compañías”.
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