Corea del Norte: armas atómicas y mucha propaganda
La de Corea de Norte es una amenaza real, tangible y peligrosa. El
conflicto con régimen comunista lleva más de sesenta años en pulso, y el hecho
de que no se diera una solución durante décadas pasó por la capacidad de
Pyongyang de hacer daño a sus vecinos y la forma en que alteró el equilibrio de
fuerza.
Atrapados los norcoreanos en una burbuja de misticismo sobre sus dirigentes,
donde la cuestión nuclear es una deidad, las amenazas de Kim Jong-Un sobre Corea
del Sur, Japón, y hacia Estados Unidos, particularmente, con atacarlos “sin
piedad”, ha mantenido el estatus quo
desde la guerra de 1953.
Pyongyang se resiste a abandonar su programa atómico porque ve en éste
una forma de supervivencia frente a lo que EEUU o Corea del Sur en conjunto
pueden hacer para acabar con el represivo régimen dinástico.
Lo ocurrido en Libia con Muamar Gadafi, que entregó todo su arsenal
atómico a partir de 2003 y años después fue derrocado, afianzó la postura de
los Kim de que mantener vivo el programa militar y nuclear es una prioridad.
La prueba con éxito el 4 de julio de un misil balístico supuso un nuevo
hito para la industria militar norcoreana, que se jactó de que el aparato puede
llegar a suelo continental estadounidense, lo que cambió completamente los
desafíos frente al régimen.
Corea del Norte posee importantes capacidades
de misiles balísticos, y desde el colapso de la Unión Soviética ha sido uno de
los exportadores más activos de sistemas completos de misiles balísticos, según
la Iniciativa de Amenaza Nuclear (NTI), un think tank encargado de promover
políticas en esa materia.
Los estadounidenses estiman que Norcorea ha
desplegado en sus fronteras con el Sur más de 600 variantes de misiles, los
cuales pueden impactar las grandes ciudades de Corea del Sur en cuestión de minutos.
Los expertos militares estadounidenses
precisan que el régimen tiene entre quince a veinte bombas nucleares y con
éxito ha probado una serie de diferentes misiles, incluyendo a corto, mediano y
alcance intermedio. A esto le suman misiles balísticos que pueden lanzarse
desde submarinos, esbozaba Eleonor Albert, analista en el Council ForeingRelation.
Center for Nonproliferation Studies and
Department of Defense
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Otro
de los grandes problemas con Corea del Norte son las armas químicas.
Si
bien el país alega que no las posee, los analistas militares surcoreanos creen
que la república comunista se encuentra entre las mayores poseedoras de armas
químicas del mundo, en tercer lugar después de EEUU y Rusia.
En 2012 el Ministerio de Defensa de
Corea del Sur estimó que su vecino del norte posee entre 2.500 y 5.000 toneladas
métricas de armas químicas, citaba un informe de la NTI.
Corea del Sur y Corea del
Norte libraron una guerra de tres años que se frenó con la firma de un
armisticio en 1953, por lo que técnicamente estas dos naciones hermanas aún
están en conflicto.
Con Estados Unidos como principal
aliado de Seúl, un eventual conflicto entre los dos países forzaría a
Washington a salir en auxilio de su aliado, con lo que la disputa tomaría otra
dimensión.
¿Pero como solucionar este problema con los norcoreanos? Se han intentado negociaciones desde los años noventa, y en 2012 fracasó el diálogo entre seis países, incluyendo a Corea del Norte, por lo que el asunto se mantiene incierto.
¿Pero como solucionar este problema con los norcoreanos? Se han intentado negociaciones desde los años noventa, y en 2012 fracasó el diálogo entre seis países, incluyendo a Corea del Norte, por lo que el asunto se mantiene incierto.
Corea del Norte tiene
numerosas sanciones internacionales aprobadas por el Consejo de Seguridad de la
ONU, pero aún así, el país ha demostrado su capacidad de violarlas y continúa
adelante con su programa nuclear-militar.
El presidente surcoreano, Moon Jae-in, trató de responder esta pregunta
recientemente en su visita a Washington al asegurar que “tal vez podamos comenzar el diálogo con Corea del Norte
cuando prometa poner fin a sus provocaciones nucleares y de misiles. Pero otro ejemplo podría ser cuando libere
a los tres ciudadanos estadounidenses que mantiene encarcelados. Tal vez eso podría ser un comienzo de
las condiciones adecuadas para el diálogo”.
Frente a un escenario en el
que Corea del Norte se siente bajo amenaza constante y concibe su programa
nuclear como única herramienta de defensa, desnuclearizar la península coreana es
un proyecto lejano.
El asunto se basa en
confianza, y no existe de ninguna forma por los precedentes, pero Pyongyang
puede comenzar a ayudar si al menos permite que la ONU reabra las inspecciones
y se sepa con claridad hasta donde ha llegado estos años en nombre de su
“supervivencia atómica”. Este paso sería muy grande y beneficioso para el
propio régimen.
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