Una veintena de casos de corrupción sostienen el expediente contra Rafael Ramírez
El expresidente de PDVSA dice ser víctima de una caza de brujas |
Desde 2006, la Contraloría
General venezolana detectó irregularidades en la gestión de Rafael Ramírez
dentro de Petróleos de Venezuela(PDVSA) que ascenderían a más de 720 millones de dólares. Cada informe anual, al menos hasta
2011, halló sobreprecios en las compras de materiales, desvíos de fondos, contratos
con opacidad, hasta una veintena de irregularidades cada una con mayor peso que otra. Y todo quedó allí.
El daño patrimonial a Venezuela en los años en que Ramírez estuvo al frente de la petrolera estatal ascienden a 12.930 millones de dólares, tras analizar los reportes de la Contraloría y un informe que el Parlamento venezolano elaboró en 2016.
Ramírez, conforme su poder
se iba consolidando dentro del chavismo más recalcitrante, formó un acolitado
que controló las principales subsidiarias y divisiones de PDVSA, dentro y fuera
de Venezuela, por lo que no es extraño que de los 27 casos de corrupción que
Estados Unidos investiga en torno a la estatal petrolera, el ex ministro
aparezca en primera fila.
Caído en desgracia por sus
críticas al Gobierno del presidente Nicolás Maduro, Ramírez se arropa, ahora,
en un manto de inocencia como "víctima" de una caza de brujas, cuando dirigiendo
la principal empresa del Estado venezolano, fue artífice de las mayores purgas
y persecución contra todo aquel o aquellos, dentro o fuera de PDVSA, que se
opusiera al régimen chavista.
Un dilatado informe de la
Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, que fue presentado en octubre
de 2016, reveló que entre 2004 y 2014, los años de Ramírez al timón de
Petróleos de Venezuela, el otrora ex ministro y ex embajador en la ONU, estuvo
vinculado, al menos, a media docena de multimillonarios casos de corrupción que
fueron estallando en el extranjero por sus ramificaciones internacionales.
Ramírez se vio forzado a dimitir como embajador en la ONU |
El uso indebido del fondo de
pensiones de los trabajadores de PDVSA; irregularidades en el manejo de los
recursos destinados al mantenimiento de la refinería de Amuay; irregularidades
en la administración de fondos públicos que ingresaron en las cuentas de la
Banca Privada D ́Andorra; perjuicios pecuniarios por la adquisición de títulos
y otros instrumentos financieros con fondos de la estatal petrolera en el Banco
Espirito Santo de Portugal; y las irregularidades en la celebración de
contratos con la estatal PDVSA, son algunas de las investigaciones más sonadas
que recogió aquel informe.
En otro sonado caso, PDVSA habría pagado más de 12millones de dólares en sobreprecios a un grupo de empresarios venezolanos, lo
que prendió las alarmas de su propia contraloría interna, que luego la alta
gerencia ignoró. El monto se habría depositado en la cuenta bancaria de una
empresa diferente de la que figuraba en las facturas. Algunas de las compañías
vinculadas operarían en Texas y Florida.
La responsabilidad política,
el mínimo de los cargos que enfrentaría Ramírez ante la justicia venezolana, se
fundamenta en la opacidad de sus actos dentro de PDVSA, sin apartar los
relacionados a su cargo como Ministro de Energía y Petróleo.
Fue tan descabellado el
poder de Ramírez todos estos años, que dirigió la mayor empresa del Estado, y a
la vez el ministerio (de Energía) que
debía fiscalizar y controlar a dicha corporación.
Uno de los casos más sonados fue el de la Banca Privada de Andorra, una entidad de ese principado donde fueron a parar millones de dólares producto de contratos adjudicados sin licitación, dinero por soborno. El daño patrimonial a Venezuela asciende a 4.200 millones de dólares, según consta en el informe del Parlamento.
En las actas de acusación no solo aparece Ramírez mencionado, sino Nervis Villalobos, ex viceministro de Energía y Diego Salazar, primo del del expresidente de Pdvsa, quienes actuaron como intermediarios en los negocios.
Más a fondo
La
conchupancia de Ramírez con su familia para enriquecerse llegó al grado de que
su hermano, primo, cuñado, se hicieron de millonarios contratos de PDVSA, cuyos
fondos fueron depositados en cuentas clandestinas en paraísos fiscales, y en
otros casos, ocultos en fachadas de supuestas inversiones.
Por
ejemplo, al médico Fidel Ramírez, hermano del ex ministro, en noviembre de 2017
se le encontró mencionado en los
registros mercantiles de Líbano dentro de un empresa con más de 10 millones de
dólares de capital, como mostraba una investigación periodística de Armando Info, sustentada por documentos
de los “Paradise Papers”.
Diego Salazar Carreño, primo
de Ramírez cayó también en desgracia a comienzos de diciembre por su relación
en la trama de corrupción con fondos públicos que ingresaron en las cuentas de la
Banca Privada D ́Andorra, que ascienden a más de mil 300 millones de dólares.
“Salazar fue el responsable de los seguros y
reaseguros de la petrolera durante los diez años que Ramírez, su primo hermano,
estuvo en la presidencia de PDVSA. Fue una pieza fundamental en el entramado de
negocios irregulares realizados en torno al aseguramiento de bienes y
operaciones”, adelantaba el portal de investigación Cuentas Claras Digital.
Sin
posibilidad de un exilio seguro, al menos en un país que le garantice
seguridad, Rafael Ramírez está llamado a mantenerse en la clandestinidad, por
un tiempo, mientras negocio su caída en desgracia “de manera saludable” con el
Gobierno de Nicolás Maduro. O si es el caso, Estados Unidos.
El caudal
de información que maneja quien a la luz y la sombra fue el amo y señor del
petróleo venezolano con Hugo Chávez en el poder, puede aclarar muchas cosas que
aún están ocultas, una de ellas, o la más crucial, dónde están depositados esos
miles de millones estafados a Venezuela, y que ayudan a explicar la hambruna y
miseria que ahora corre en el país “con las reservas de petróleo más grandes el
mundo”.
Comentarios
Publicar un comentario