La foto del hombre que arde en llamas
Ronaldo Schemidt (AFP) |
La fotografía tiene el
poderoso efecto de transformar la mente, porque a través de ella quedan
erigidos los recuerdos. Ese instante único, por siempre, es el que acaba de ser
galardonado como la foto de 2017, un año tan convulso como cualquier otro, pero
que por primera vez en este nuevo siglo, el World Press Photos llevó los ojos
del mundo a Venezuela.
Tuvieron que pasar casi 60
años para que un fotógrafo venezolano, y dentro de Venezuela, fuera galardonado
de nuevo con una distinción tan exultante. Lo que Héctor Rondón Lovera hizo en junio de 1962, durante la rebelión conocida como “El Porteñazo”, no es tan
ajeno a lo que Ronaldo Schemidt captó el 3 de mayo de 2017 en las calles de
Caracas.
La imagen de un joven
ardiendo durante las protestas contra el régimen del presidente Nicolás Maduro,
es lo que le valió a Schemidt el máximo galardón del fotoperiodismo mundial, y
como hace 55 años, cuando Rondón Lovera se llevó el mismo galardón, la causa se
asemejaba: un combate para mantener viva la frágil democracia venezolana, que
apenas estaba floreciendo, y hoy, una misma pugna por mantenerla.
Hector Rondón Lovera |
Cada imagen representa un
momento, y como nada, es el espejo
irremediable de la realidad. Aquel cuerpo del joven en llamas frente al lente
del fotógrafo, era también el de un del país en combustión que lentamente se
consume, y que muchos niegan esa realidad tan tangible.
La foto en cuestión puede
lucir para muchos “impactante”, pero es complejo su significado si entendemos
el contexto en el que se produjo. Un país que vio perder unas 125 vidas durante
las protestas contra la autocracia chavista. Es el máxime al que se puede
llegar cuando las barreras de la razón chocan con la violencia y todo pierde
sentido.
La foto del joven siendo
devorado por el fuego respira por sí misma. Lleva un grito permanente que se
cuela más allá del papel o las pantallas de los teléfonos. Es un curioso estado
que permite imaginar un antes y después, otorgándole un poder mayestático.
“Las fotografías procuran
pruebas”, expuso la filósofa Susan Sontag en un ensayo sobre este arte. “Algo
que sabemos de oídos pero de lo cual dudamos, parece demostrado cuando nos
muestran unas fotografías”. Quienes descartan que Venezuela arde en estos
momentos de desespero, hambre y frustración, entonces debe admirar en silencio
lo que Ronaldo Schemidt dejó para el mundo plasmado.
Como otras cientos de miles de estampas de la guerra, de los conflictos armados, de las luchas sociales, la
imagen galardonada es un referente digno de lo que cada vez es más común en cualquier
rincón del mundo: un combate contras las autocracias, la falta de oportunidades, la injusticia, la corrupción.
Comentarios
Publicar un comentario