Una paz en Colombia se sentirá en Venezuela


Antiguo mapa de Colombia y Venezuela 
Colombia y Venezuela comparten 2.219 kilómetros de frontera, dos naciones muy emparentadas, por lo que una pacificación en el vecino país sin duda "puede" ser beneficiosa. Son tantas las cosas en común entra ambas, que las cosas positivas y negativas, indistintamente del orden del tiempo en el que ocurran, tarde o temprano repercuten entre sí.

La presión contra las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN); los grupos paramilitares, con sus más de 35 mil hombre en filas, y los cerca de diez carteles del narcotráfico durante el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) terminó por desatar desde Colombia un "éxodo de mafias" que tomaron a Venezuela como base de sus operaciones. 

Parte del incremento de la violencia en Venezuela, entonces, se debió a ese hecho tangible a partir de 2001, a lo que se sumó la incompetencia y contubernio del Gobierno y funcionarios del Estado venezolano y las mafias locales con muchas de estas organizaciones.  

Esto explica, en parte, la presencia de importantes capos y rebeldes en el país en la última década que han sido deportados por las autoridades venezolanos (15 capos en 2011 según el Ministerio del Interior) en una lucha en la que se detienen a cinco narcotraficantes y por el otro lado de la frontera ingresan veinte. 

No obstante, esto contribuyó también a que se formaran mafias "autóctonas" venezolanas que devinieron en importantes organizaciones criminales y hasta el surgimiento de un propio capo criollo: Walid Makled, sin apartar al afamado "Cartel del Sol", compuesto teóricamente por oficiales militares venezolanos que manejan rutas, cargamentos y dinero en distintos puntos de Venezuela asistiendo a sus “socios extranjeros”.  

Un elemento clave en esas negociaciones con las FARC es que al ser el narcotráfico uno de los puntos más espinosos, los analistas prevén que la guerrilla, en su momento, comenzará a revelar datos de sus redes de narcotráfico y esto podría levantar polvo en Venezuela en la medida que muchas personas dentro del país asisten a esta organización criminal, como explicaba el experto en seguridad y política internacional, Jairo Libreros. 

Al mismo tiempo, a las muchas caras del conflicto armado colombiano se suman los más de 12.250 refugiados que hay en Venezuela, de los que 98,2% son de origen colombiano, como revela Idelfonso Finol, presidente de la Comisión Nacional de Refugiados de Venezuela. 

El presidente colombiano Juan Manuel Santos (AP)
Finol está consciente de la magnitud del conflicto armado del vecino país, lo conoce tanto como para asegurar que "cada carpeta que revisa es un testimonio de la indiferencia, del dolor y de la guerra fratricida que de alguna manera se debe a una lucha histórica de clases, por la tierra y el poder en Colombia".

Cerca de 3.000 colombianos solicitaron refugio en Venezuela en el año 2011, cifra similar a la 2010, muchos de ellos huyendo de grupos armados o la violencia en su país, como destacaba un informe del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

 Y es que a pesar de que la Colombia del año 2001 era muy distinta a la de hoy, cuando en esa época el Estado colombiana era prácticamente indefenso y la guerrilla poderosa, hoy se siguen dando desplazamientos forzados en Colombia al grado de que hay unos cinco millones de ciudadanos "vagando" dentro de su propia nación. 

En los últimos 25 años (1985-2010) por lo menos 5.195.620 personas (esos son 1.039.124 hogares) han sido desplazados en Colombia por razones de violencia, tal como revelaba un reporte de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes). Es decir, que el 11.42% del total de la población colombiana ha sido obligada a cambiar de residencia porque su vida corría peligro. 

El costo histórico del conflicto colombiano le pesa a Venezuela: desde la masacre de Cararabo, estado Apure, en 1995, en la que guerrilleros del ELN asesinaron a ocho infantes de Marina venezolanos, a las miles de denuncias de secuestros y cobro de vacunas en los estados Táchira, Apure y Barinas, de mano de rebeldes y supuestos paramilitares, por lo que una pronta paz también impactará sobre Venezuela. La incógnita es saber si los resultados serán del todo positivos.

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