El peso entre Cuba y Estados Unidos

Unos dos millones de cubanoamericanos residen en EEUU (AFP)
El apretón de manos de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro en el funeral de Nelson Mandela, en diciembre de 2013, tuvo algo de complicidad. 

Ambos líderes llevaban meses negociando en secreto lo que ahora es una realidad histórica: el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre dos países separados apenas por 150 kilómetros de mar. Obama al mismo tiempo apunta ahora a Venezuela porque la respiración de ese país pasa hoy por La Habana. 

La Guerra Fría inicia su final en el continente americano, el Muro Caribeño se ha derribado. Las tensiones entre Washington y La Habana desde el triunfo de la revolución cubana en 1959, y la posterior adopción del socialismo en 1961, marcó la historia de la región por más de medio siglo.
 
En EEUU existía desde la llegada de Obama a la presidencia, en 2009, amplio consenso para que se revisaran las relaciones con Cuba, porque la política de aislamiento no había dado los resultados esperados: llevar democracia a la isla.

Desde la Casa Blanca Obama comenzó a aplicar un conjunto de medidas que relajaron las presiones hacia la isla, sin que esto condujera a la "caída del régimen" que tantos clamaron.

En los últimos cinco años, políticos, empresarios, ciudadanos cubanoamericanos estaban divididos frente a cómo debía conducirse las relaciones con la isla. Unos exigían más presión al embargo económico, mientras otros apostaban por su derogación y más apertura.

En marzo de 2009 líderes republicanos y demócratas del Senado de EEUU le dieron un espaldarazo a Obama al presentar una ley que permitía los viajes de sus nacionales a Cuba.

La medida, incluida dentro de la Ley de Presupuesto, abrió la posibilidad a los cubanoestadounidenses de viajar a la isla a visitar familiares una vez al año (en vez de cada tres), elevó la suma que pueden consumir a diario, y permitió hacer negocios con La Habana en alimentos y medicinas sin tener que pagar por adelantado.

En términos prácticos EEUU envió señales a Cuba que Castro estaba tomando, pero las reformas al interior de la isla tardaban. En ese sentido, el líder cubano comenzó a aplicar ajustes en la política social y económica, la llamada "adaptación del socialismo" que dio mayores libertades de negocios. 

Con la mediación de España en 2011, liberó a un grupo de setenta disidentes encarcelados en la primavera de 2003, y en 2013 relajó las restricciones para viajar al extranjero, por lo que la entrada y salida de cubanos del país se hizo común luego de cuatro décadas en la que el expresidente Fidel Castro hizo esto casi imposible.

Flexibilización de Cuba

Las medidas de Castro nunca apuntaron a una apertura política, pero sí a un ajuste en la forma de llevar el régimen, donde los militares controlan 70% de la economía.

En 2009 Castro hizo lo que tanto esperaba desde que asumió las riendas del país en 2006: comenzó a apartar de su gabinete a los máximos aliados de su hermano Fidel para gobernar con un equipo ajustado a su medida consolidando su estilo.

Pero sobre todo, minimizó por completo la retórica antiestadounidense distanciándose de Fidel, que durante más de 50 años la utilizó para amparar sus victorias y fracasos. Por la Casa Blanca pasarían once presidentes de EEUU mientras que por Cuba solo dos gobernantes en cinco décadas.

Las relaciones Washington-La Habana estuvieron marcadas desde 1958 por la confrontación, las amenazas de guerra, invasiones, espionaje, sanciones, intentos de asesinatos, conspiraciones internacionales, ataques, porque si de algo nunca desistió la Casa Blanca fue en querer llevar democracia a la mayor de la Antillas.

La detención en 2009 del contratista estadounidense Alan Gross, acusado de introducir aparatos a Cuba para utilizar internet, afectó la política aperturista que Obama había comenzado a tomar, aunque prosiguió con ella lentamente.

En los últimos dos años se conocieron varios programas que EEUU financió para impulsar la sociedad civil en Cuba, una cruzada que visto lo ocurrido no impidió que el acercamiento se consumara este jueves.

En octubre, en el marco de la lucha contra el ébola, ambos países ampliaron contactos. 

Y como un detalle de esa futura relación que nadie pudo percibir el gobierno norteamericano permitió que un exespía cubano preso en Estados Unidos, Gerardo Hernández, enviara esperma a la isla para que su mujer pudiera ser madre, tal confirmó el Departamento de Justicia. 

Hernández es uno de los llamados "Cinco cubanos" liberados el pasado miércoles 17 de diciembre como parte del histórico acuerdo entre los dos países. 

La normalización de las relaciones de EEUU con el Gobierno socialista de Vietnam se dio gradualmente a partir de 1991. El Congreso estadounidense desempeñó un papel clave y no fue hasta 1997, con Bill Clinton en el poder, que se nombró a un Embajador. El caso de Cuba puede ser similar.
 
Como el acercamiento de Richard Nixon con la China comunista en 1972, Obama afianza su historia y ayuda a debilitar discursos que alimentan modelos fracasados.

Una buena relación entre Cuba y Estados Unidos puede ser beneficioso para Venezuela a la luz de los subsidios y la dependencia que tiene la isla. Conforme Castro oxigene sus finanzas, Maduro debe comenzar a recortar los fondos que suministra a ese país. Son muchos los beneficios que pueden obtenerse de esa alianza que ha sido tan costosa para la historia venezolana. 

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